El Atlético cumple a secas en Seattle y se cita con el Botafogo

Derrota a los Sounders en un partido estelar de Barrios, pero le faltaron más goles

Sorloth volvió a fallar dos ocasiones clamorosas que pudieron ampliar el resultado

Surrealista: le hacen penalti a Giuliano que pita el árbitro, pero el VAR lo anula y le da el balón al Seattle

Atlético
Tomeu Maura

El Atlético cumple a secas en Seattle y se cita con el Botafogo, con el que se jugará el lunes su pase a octavos de final del Mundial de clubes. Los Sounders no fueron rival para los de Simeone, como era lógico esperar, pero el equipo fracasó en su objetivo de salir del Lumen Field con un resultado que sirviera para borrar el recuerdo del 4-0 ante el PSG. Sorloth volvió a estar negado ante la portería adversaria, Julián tampoco estuvo acertado y para colmo un VAR frenopático volvió a hacer de las suyas obligando al árbitro a dar marcha atrás a un penalti clamoroso cometido sobre Giuliano. En el estado más septentrional del Oeste americano, eso sí, se coronó Pablo Barrios, autor por primera vez en su carrera de dos goles con la camiseta rojiblanca.

El equipo salió dispuesto a no hacer prisioneros, con una actitud mucho más agresiva que ante el PSG, y en consecuencia no tardó en conseguir sumar estadísticas: el primer córner antes del minuto dos, el primer remate a puerta, a los cuatro. El Seattle, desconcertado, no tuvo otra que buscar el pase largo para salir de la presión, pero sin más efecto que entregarle el balón al equipo de Simeone, que cargó una y otra vez el área del alemán Frei. A los nueve minutos Julián, totalmente solo, tuvo el 1-0 a placer, pero quiso ajustar demasiado y se le fue.

El disparo de la araña no entró, pero el gol se veía venir. Era sólo cuestión de tiempo. Un minuto más tarde Giuliano voló por la banda derecha y su pase al borde del área lo empaló de manera espectacular Pablo Barrios con un remate que, tras golpear el travesaño, acabó en el fondo de la portería. Simeone dio un puñetazo al aire en el banquillo para liberar la tensión. Ni se imaginaba lo que vendría después.

 

Sorloth tuvo el 2-0 a los 15 minutos, pero mandó su remate a las nubes en el área cuando había ganado magníficamente la posición. Al Cholo se lo llevaron los demonios y el tiempo no tardó en darle la razón porque poco más tarde el eslovaco Rusnak soltó un centro raso desde la derecha, Giménez se confió en el despeje y Musovski se encontró solo ante Oblak, que mandó a córner evitando males mayores.

Al Atlético le sentó mal la ocasión norteamericana. El equipo se descompuso atrás y los Sounders se encontraron con un pozo desde el que extraer petróleo. Hasta en tres oportunidades el balón cruzó con peligro el área madrileña mientras el partido se convertía en un verdadero correcalles. Justo el escenario en el que no quería encontrarse Simeone. Sus gritos pidiendo orden llegaron hasta Vancouver, pero eso no fue nada comparado con los aullidos que profirió cuando a los 25 minutos Sorloth le entregó el balón al portero en la segunda ocasión clamorosa fallada por el noruego.

Superviviente en el partido por los errores de Sorloth, el Seattle lo intentó en un disparo de Bell atajado por Oblak -aunque había fuera de juego- y en otro de Roldán que se fue desviado. El Atlético empezó a oler a azufre y ya se encargó el VAR de hurgar en la herida. A los 39 minutos el árbitro pitó penalti sobre Giuliano, pero de forma surrealista desde la sala VOR le obligaron a rectificar ante la estupefacción general. Al final la jugada acabó con el balón para los norteamericanos. De la relación entre el Atlético y los árbitros puede esperarse cualquier cosa. Incluso esto.

Giménez, con problemas musculares, se quedó en el banquillo para que Witsel entonara el canto del cisne como rojiblanco, y nunca mejor dicho. A los dos minutos de la reanudación Llorente soltó un latigazo tremendo que Frei tocó con los dedos para desviarlo al travesaño, pero el rebote le cayó a Le Normand, que prolongó al área para que el belga cabeceara a la red y lograra un gol que, pese a sus arduos intentos, ni siquiera el VAR pudo anular.

 

El 2-0 pareció abrir el camino a una goleada necesaria para recuperarse del resultado ante el PSG, pero el Atlético nunca transita por senderos predecibles. A los 50 minutos Le Normand dejó muerto un balón en el área y ahí apareció Rusnak para cazar el rebote, batir a Oblak y devolver a la vida a Seattle cuando ya parecía enterrado. Por suerte no tuvo tiempo de salir del ataúd porque cinco minutos después un saque de banda de Llorente lo despejó mal la defensa y el rebote le cayó a Barrios, que colocó el interior para marcar su primer doblete como rojiblanco.

 

Con mucho partido por delante, al Atlético le sobró tiempo para mejorar el resultado, pero entró en un letargo preocupante del que no le sacaron los cambios de Griezmann, Gallagher, Correa y Nahuel. De manera incomprensible bajó el pie del acelerador y dejó que corriera el cronómetro conformándose con un 3-1 claramente insuficiente porque va a llegar a la última jornada con una diferencia de -2, lo que le obliga sí o sí a ganar al Botafogo si quiere seguir adelante.

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